
Decía Zig Ziglar: «si quieres lograr una meta, debes verla primero en tu mente».
Esto es algo que saben bien los deportistas de élite… Según cuentan algunos golfistas de renombre, antes de lanzar la bola se imaginan todo su recorrido hasta que llega finalmente al hoyo deseado.
Lo mismo relatan varios corredores de Fórmula 1, quienes afirman visualizar en su mente cómo efectúan el recorrido del circuito antes de que de inicio la carrera.
LA VISUALIZACIÓN COMO HERRAMIENTA PARA CONSEGUIR OBJETIVOS
A esta técnica se le llama visualización y es una herramienta muy potente para conseguir nuestros objetivos. Pero acceder a ese nivel de control mental, donde mantenemos nuestra atención íntegramente en un acontecimiento, sin desconcentrarnos ni vacilar, no tiene nada de sencillo.
VISION BOARD, LA PLASMACIÓN DE UNA VISUALIZACIÓN
Existe otra posibilidad que nos reporta los mismos beneficios y se llama Vision Board. Resumidamente, se trata de construir un panel formado por imágenes, colores, palabras, etc., que representen el reto conseguido. En concreto, el Vision Board muestra cómo te sientes, cómo actúas, qué haces o bien qué tienes, una vez alcanzado lo que te habías propuesto.
En el fondo, lo que hacemos en un Vision Board, es plasmar una visualización. De esta forma focalizamos más fácilmente nuestra atención, teniendo una mayor claridad sobre la consecución de un objetivo o meta.
LOS DOS PRINCIPIOS BÁSICOS SOBRE LOS QUE SE SUSTENTA UN VISION BOARD
A priori esta herramienta puede parecer un simple acto de fe. Pero esto sería una lectura simplista y superficial. En realidad, está más cercana a conceptualizaciones de la programación neurolingüística y la física cuántica. Veamos.
Principio de la abundancia. Nuestra sociedad vive en un paradigma basado en la escasez. Tenemos arraigadas tremendas creencias limitantes que nos incitan a pensar que determinadas cosas son inalcanzables para nosotros, o bien que ciertas habilidades nos han sido negadas o, la creencia más desgarradora de todas, que simplemente no merecemos algo mejor.
Estas creencias determinan nuestra forma de percibir, pensar y actuar, por tanto, tienen una poderosa influencia en nuestras vidas.
Muchas de las creencias provienen de nuestra infancia, habiendo sido transmitidas por nuestros padres y madres, profesores y profesoras, entorno social y medios de comunicación. En muchas ocasiones ni siquiera somos conscientes de su existencia.
Así, las creencias pueden considerarse como pequeños programas informáticos que diferentes programadores han ido instalando en nuestros cerebros sin nuestro consentimiento.
Quizás en su día algunas de ellas tuvieron cierta utilidad, pero si ahora ya no la tienen, y además nos limitan, es preciso desinstalarlas para poder seguir avanzando e instalar en su lugar las creencias potenciadoras del “SI es posible, SI soy capaz, SI me lo merezco”.
Principio de vibración. Werner Heisenberg, uno de los padres de la mecánica cuántica, dijo en una célebre conferencia que «todo, absolutamente todo, incluido nosotr@s, es energía en vibración».
Esta afirmación tuvo en su momento y sigue teniendo, una enorme trascendencia.
Entre otras cosas conlleva la certeza de que, a través de nuestra vibración, somos capaces de atraer o repeler eventos a nuestra vida.
Dicho de otra forma, como seres humanos funcionamos de una forma parecida a como lo hace un imán. O más claro todavía: atraemos lo que vibramos.
Esto quiere decir que si cuando veo la imagen que emula a mi reto conseguido vibro con ella, siento esa emoción profunda de haberlo logrado, entonces tengo muchas posibilidades de que, efectivamente, se haga realidad.

CÓMO HACER UN VISION BOARD
Para crear un Vision Board sólo tienes que seguir estos cinco pasos:
- Escoge tu objetivo. Define claramente qué es aquello que quieres conseguir. Recuerda que es importante que sea algo concreto (por ejemplo, quiero perder cinco quilos en lugar de quiero estar delgad@), que dependa mayoritariamente de ti (p.e., quiero tener una buena relación con las personas que me rodean en vez de quiero que haya paz en el mundo) y que sea coherente contigo (p.e., va a ser difícil que ganes unas oposiciones en un estamento público si tu principal valor es la libertad).
- Recorta imágenes, dibuja, escribe… Se trata de que tengas un buen número de imágenes que, cuando las mires, te produzcan la emoción de haber conseguido tu reto. Así por ejemplo, si tu objetivo fuera comprarte una casa en un pueblecito, estaría bien que buscaras fotos de alguna casa que te gustara en una aldea, que dibujaras el plano de la casa, que escribieras en un trozo de papel “aquí estoy saboreando una taza de te en mi casa nueva” acompañando con una fotografía en consonancia, etc.
- Prueba la composición y encólala en una cartulina. Con todo el material que has recopilado, ve probando distintas posibilidades hasta que des con la imagen global que más te motive. A continuación ya puedes proceder a encolar todos los elementos.
- Búscale un lugar. Escoge un sitio donde puedas tener a mano tu Vision Board. Si no es demasiada indiscreción para ti, cuélgalo en la pared. Y, sino, ponlo en un armario que uses a diario. Se trata de que no quede relegado.
- Ejercítate con él cada día. Dedícale a tu Vision Board unos minutos al levantarte y otros al acostarte. Simplemente míralo y deja que te inspire. Siente cómo es haber alcanzado tu objetivo. Deja que esa satisfacción se manifieste libremente en tu cuerpo.
Se trata de que al mirar tu Vision Board vibres como si el momento en que cumples tu objetivo fuera este preciso instante.
Y acabo como empezaba este post, con una cita. Decía Earl Nightingale: «todo lo que plantamos en nuestra mente subconsciente y nutrimos con la repetición y la emoción, un día se convertirá en una realidad».
Así que escoge un objetivo, recréalo en un collage, conecta con la emoción de verlo cumplido y vibra intensamente.
De esta forma, el Vision Board te proporcionará la motivación necesaria para andar el camino hacia un objetivo que ya sabes cierto.
