Mercè Brey

«Somos, ante todo, seres enérgicos. Gestores de energía femenina y masculina. Cuando estas están en equilibrio, evolucionamos».
«Hoy en día es la empresa la que tiene la capacidad de crear una nueva realidad. Y las empresas somos las personas... y si las personas evolucionan, todo cambia...».

Me fascina el concepto punto de elección. Se refiere a esa ventana de oportunidad que se abre cuando un ciclo llega a su fin.

En ese espacio temporal, podemos elegir seguir en el mismo camino donde hemos estado transitando o bien escoger otro camino distinto, representado por nuevas formas de pensar, de actuar. Es justo ese momento donde los patrones que nos han estado encorsetando se desmoronan, donde rompemos ataduras, donde alzamos el vuelo.

El punto de elección es un espacio incómodo. Nos confronta con nuestra realidad, obligándonos a salir de nuestra zona de confort… aunque solo ocurre si hemos aceptado su reto. Tras aceptar el reto y traspasar el límite del confort se abre un espacio para el crecimiento, para nuestra expansión. Aquí entran en juego tres aspectos clave:

  1. Investigar. Es el momento de hacerse preguntas, de escucharse profundamente. También de escuchar y preguntar a personas que son referentes para nosotr@s. Dejarse inspirar por realidades ajenas que nos ayuden a hilvanar nuestra nueva realidad. La vida no va de ser experta en respuestas sino maestra en preguntas. Saber formularse las preguntas correctas y aprender a escuchar mejor lo de fuera, es una excelente combinación para seguir avanzando.
  2. Comprometernos con nuestro propósito. En cierta ocasión, le preguntaron a un científico: ¿cuál es el propósito del Universo? Y su respuesta me cautivó: expandirse. Entonces, siendo como somos parte del Universo, nuestro propósito es claramente ¡expandirnos!
    Todas las personas nacemos con un propósito y dotad@s de habilidades y talentos para que podamos satisfacerlo. Ser fieles a nuestro propósito llena de sentido nuestra existencia.
    Para encontrar nuestro propósito es necesario conectar profundamente con aquello que realmente nos satisface. Luego toca aceptarlo y hacer los cambios necesarios para llevarlo a cabo.
  3. Entrar en acción. Traspasado el umbral de la comprensión, es momento de tomar tierra y empezar, paso a paso, a dar forma a la nueva realidad. Lo fundamental en esta etapa es analizar si vamos a ser capaces de asumir las consecuencias que nuestras acciones conllevarán. Valentía y determinación van a ser las llaves maestras.

Los puntos de elección son fronteras que nos abren a nuevas oportunidades. ¡Aprovechémoslos!

LA URGENCIA DE LO FEMENINO

Si prestamos atención más allá del ruido de lo cotidiano, apreciaremos claramente un goteo de retrocesos en lo tocante a la equidad de género. No hace tanto que los talibanes retomaron el poder en Afganistán y no hace nada que Estados Unidos ha derogado la ley del aborto. En lo referente a mujeres en puestos directivos, la retrocesión es acelerada y ya estamos en las mismas cotas que en el año 2008. Tan solo tres apuntes a título de ejemplo.

Cierto es lo mucho que hemos avanzado en las últimas décadas en la conquista de derechos fundamentales para la mujer y lo es también la fragilidad de los avances. Ante tanta inestabilidad, emerge la necesidad de la contribución individual. Aplica al cien por cien la consabida frase «sé tú el cambio que quieres ver en el mundo». Sin dejar de atender nuestro compromiso en lo colectivo, es momento de potenciar nuestra transformación individual.

Apostar decididamente por nuestra esencia femenina, darle ese espacio de manifestación donde el equilibrio con nuestra esencia masculina genera transformación.

Una y otra vez, honrar nuestro femenino como palanca de transformación. Un confrontar la realidad desde otro paradigma. Sin violencia, sin imposición, pero sin sumisión y con determinación. Claramente, un Punto de elección en lo colectivo.

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