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CÓMO CAMBIAR DE TRABAJO EN 10 PASOS


Libro en playa con piedras

Cuando asesoro a una persona que quiere cambiar de trabajo, la pregunta inicial siempre es la misma:


¿Sientes que este es tu momento? Si la persona titubea, claramente todavía no es su momento.

Por el contrario, si la persona siente ese anhelo profundamente, si está dispuesta a enfocarse y a comprometerse con el esfuerzo que requiere, si está decidida a dar el primer paso, entonces SI ha llegado el momento de trabajar en el cambio. 


A partir de ahí, toca establecer la meta. Por ejemplo, mi meta es dejar la empresa donde estoy trabajando y ponerme por mi cuenta dando sesiones de coaching y formación. O mi meta es formar parte del equipo de investigación en tal organismo. O mi meta es liderar un equipo internacional en tal empresa. Lo que sea. 


Lo importante es fijar la meta con detenimiento y precisión para que se convierta en ese faro que ilumina nuestro camino cuando hemos decidido iniciar un cambio. Es preciso entender la meta como una pauta que nos da sentido de dirección y que no debemos establecer desde la exigencia sino desde el disfrute. 


Lo que quiero decir es que lo fundamental es valorar todo el camino que vamos a recorrer hasta alcanzar nuestra meta. Si el foco solo está en culminarla, se convierte en un camino que nos dejará exhaustxs si es que la llegamos a finalizar.  


Otro aspecto importante a tener en cuenta es que cuando abordamos un cambio profesional, y también personal, es altamente recomendable trabajar en dos enfoques diferenciados. Por un lado, un enfoque Omega donde entra en juego la motivación, la creatividad y la coherencia con mis talentos y sentido de vida. 

Y, por otro lado, un enfoque Alfa, que nos ayuda a aterrizar lo que sentimos e imaginamos, a darle forma, a entrar en acción. 


 "Lo fundamental es valorar todo el camino que vamos a recorrer hasta alcanzar nuestra meta. Si el foco solo está en culminarla, se convierte en un camino que nos dejará exhaustxs si es que la llegamos a finalizar".  


Bajo mi punto de vista, estos son los 10 puntos clave que nos ayudan cuando hemos decidido cambiar de trabajo: 


  1. En primer lugar, necesitamos identificar por qué queremos cambiar de trabajo, aquello que realmente es importante para nosotrxs. Aquello que nos está empujando a que salgamos de nuestra zona de confort y queramos emprender un nuevo camino. Por ejemplo, recuerdo un hombre joven que su motivación era buscar una empresa donde hubiera un buen ambiente. Decía que estaba harto de las faltas de respeto y del control agobiante que ejercía su jefe. 


  1. Segundo. Si este cambio profesional es realmente importante para nosotrxs, entonces necesitamos la mayor cantidad de energía disponible. Quiero decir que tenemos que establecer prioridades y abordar un reto detrás de otro. Nuestra mente trabaja de una forma más eficiente cuando tiene un único foco significativo. Por ejemplo, recuerdo el caso de una mujer que me decía que había llegado el momento de cambiar de vida y que había decidido cambiar de trabajo y divorciarse al mismo tiempo. Le ayudé a reflexionar que estos dos retos son enormes y que consumen mucha energía, que quizás sería mejor abordarlos de uno en uno de forma que pudiera concentrar sus recursos en un objetivo concreto cada vez. Tengo que decirte que lo ha hecho maravillosamente bien. 


  1. Tercero. Crear un plan, una hoja de ruta, clara y estructurada. Es imprescindible escribir nuestro plan, dándole  forma y estructura. Al hacerlo, no solo marcamos el camino a seguir, sino que le damos a la mente un sentido de claridad y control sobre lo que queremos lograr. Dicho de otra manera, para funcionar de forma exitosa, necesitamos un mapa claro, con detalles y pasos específicos, qué y cómo lo vamos a hacer y también cómo nos vamos a ir sintiendo en el proceso. El truco está en que tenemos que sentir que cada paso que damos nos acerca a nuestro objetivo. De hecho, al escribirlo estamos creando una conexión emocional con nuestra meta. 


  1. Cuarto. El plan tiene que ser realista, exigente en su justa medida, porque si nos quedamos cortxs o nos pasamos, la motivación decae. Es importante que las acciones y subobjetivos que compongan tu hoja de ruta sean alcanzables, pero también desafiantes. 


  1. Quinto. Está conectado con el punto anterior. Es imprescindible que contemplemos cierta flexibilidad en nuestro plan de acción. La vida da muchas vueltas y pueden aparecer durante el proceso situaciones o circunstancias que requieran por nuestra parte modificar o adaptar nuestro plan. La rigidez no es buena compañera de viaje. Nos genera malestar y sensación de frustración. Lo que te propongo es que, en el caso de que sea necesario, busques pequeños ajustes sin perder de vista tu meta. Por ejemplo, un familiar muy próximo de una mujer a la que acompañaba en el diseño e implementación de su plan de acción tuvo un problema de salud grave. Esto requirió bajar el ritmo y cambiar prioridades, pero no abandonó y siguió andando el camino hacia su meta. 


  1. Sexto. Super importante mantener la constancia. Mentalizarse de que nuestro proceso de cambio va a requerir esfuerzo y preparase mentalmente para las dificultades que seguro surgirán durante el proceso. En todo proceso de cambio hay resistencias y son naturales. De hecho, son una señal de que estamos cruzando la frontera de nuestra zona de confort y entrando en la zona de expansión. Tenemos que tener claro que el cambio genera incomodidad y que, casi todas las personas, preferimos la comodidad y lo conocido.  


  1. Séptimo. Relacionado con el punto anterior, algo muy efectivo para mantener la motivación es buscar anclajes. Por ejemplo, cuando nos dé el bajón, es super efectivo visualizarnos a nosotrxs mismxs con el reto conseguido. Esto lo puedes hacer mediante un Vision Board que no es más que un collage de imágenes que nos conectan con algo. Si quieres hacerte un visión board tienes una guía en el feed de mi Instagram.  


  1. Octavo. Otro punto importantísimo. Cuida tu entorno social. Esto quiere decir que te rodees de personas que te den apoyo, que te alienten. Personas que no te contagien con sus creencias limitantes. Si no de personas que te den aliento y te levanten si flaqueas. Recuerdo que cuando me planteaba dejar el sector financiero después de treinta años, ciertas personas muy queridas de mi entorno me decían que, si me lo había pensado bien, que mira el sueldo que estás cobrando, que mira el reconocimiento que tienes en el sector… me di cuenta de que no podía hacer míos sus miedos y me aparté de ellas temporalmente. ¡Con mucho amor y mucho respeto, por supuesto!


  1. Noveno. No te olvides de incluir en tu plan de acción un análisis financiero para sostener ese cambio de orientación profesional. A veces nos dejamos arrastrar por el entusiasmo y de una forma un poquito ingenua dejamos a la suerte cómo se va a financiar todo este proceso de cambio. Recuerdo una mujer directiva que tenía claro dejar la empresa multinacional donde trabajaba para dedicarse al coaching y a las terapias naturales. Motivación y entusiasmo no le faltaban, pero adolecía de planificación. Le pregunté si tenía colchón de ahorros para aguantar hasta el arranque del nuevo proyecto, si tenía una aproximación a los gastos mensuales a los que se enfrentaría, etc. Fue un punto de inflexión cuando se dio cuenta de que no tener desarrollado un plan financiero podría ser un gran agobio una vez hubiera dejado la seguridad de su trabajo actual. 


  1. Décimo. Este último punto es también muy importante. Se trata de ir celebrando todos y cada uno de los hitos que vayas consiguiente en el camino hacia tu meta, por pequeños que te parezcan. Celebrar nos ayuda a mantener nuestra motivación y hace mucho agradable transitar el camino del cambio. 


Deseo que estos diez puntos clave te sean de utilidad si tienes un proyecto en ciernes significativo para ti. 





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