Mercè Brey

«Somos, ante todo, seres enérgicos. Gestores de energía femenina y masculina. Cuando estas están en equilibrio, evolucionamos».
«Hoy en día es la empresa la que tiene la capacidad de crear una nueva realidad. Y las empresas somos las personas... y si las personas evolucionan, todo cambia...».
Bretan Jordan para Unsplash

Hace pocos días, el 23 de abril, se celebró el Día Internacional del Libro. En Catalunya, fue la Diada de Sant Jordi, un día donde las calles se engalanan y las aceras y plazas de las ciudades y pueblos se llenan de puestecitos: en unos se venden libros y en otros rosas. Regalar un libro y/o una rosa simboliza el aprecio sincero hacia la persona que lo recibe. Qué maravilla de ritual… para mí es algo así como decirle a la otra persona: te veo, te reconozco y aquí te entrego un símbolo de mi amor y respeto hacia ti.

Sin duda, es una de mis fiestas preferidas. En esta ocasión deambulé durante más de dos horas por una librería intentando dar con el libro adecuado para regalar a cada miembro de mi familia más cercana. Pensar en sus gustos, en sus circunstancias personales y dejarme guiar por la intuición para dar con aquel libro que le pueda resultar de inspiración en estos momentos… ¡qué disfrute!

Desde mi óptica particular, un libro no es simplemente un objeto inanimado… es algo mágico, que genera reacciones imprevisibles. Repletos de palabras, muchos tienen la capacidad de transformar realidades. Percibo los vocablos no como garabatos inertes sino como magníficos diseños cargados de energía. Energía encapsulada que espera paciente a ser liberada y cumplir su función.

¿Cuántas veces hemos oído la afirmación «las palabras crean realidades»? Escritas, habladas, da lo mismo. Su eficacia no depende del canal por el que sean transmitidas. Siendo así, se me ocurre que sería una buena práctica revisar nuestro vocabulario. Por inercia y de forma inconsciente, solemos utilizar términos que alientan la violencia, la sumisión o la discriminación. Son actos involuntarios que provienen de nuestra cultura estereotipada y que, sobre todo, podemos reconocer en el entorno profesional.

«Derrotar a la competencia», «luchar por nuestra cuota de mercado», «nos enfrentamos a un nuevo paradigma» o «disparar sin piedad para conseguir clientes» son solo algunos ejemplos del tipo de vocabulario habitual en muchos entornos empresariales.

Aunque también es fácil encontrar frases de estas características cuando nos referimos a situaciones y vivencias personales: «combatir una enfermedad», «desterrar nuestros miedos», «matar a besos», «bombardear una relación»…

Este tipo de frases emanan de nuestro inconsciente, ese espacio singular donde se gestan los sesgos que, siendo modelos mentales, dan forma a nuestra manera de comportarnos. ¡Relevante tener en cuenta que el 95% de las decisiones y acciones que tomamos a lo largo de un día provienen de nuestro inconsciente!

Recapitulo:

  • En mi inconsciente almaceno experiencias, vivencias, dictámenes de mi cultura, etc., que generan modelos mentales que determinan la forma en que me comporto.
  • Mi forma de comportarme está condicionada mayormente por mi inconsciente.
  • Las palabras tienen la potencialidad de crear y/o modificar mi realidad.

Entonces:

  • Si observo mi modo de expresarme podré vislumbrar que comportamientos puedo estar propiciando o tolerando de forma inconsciente.
  • Si modifico el uso de determinados vocablos estoy impactando en mis modelos mentales. Por tanto, pongo en marcha una nueva conducta más acorde a mis principios y valores.

Vamos con la parte práctica. A modo de ejemplo, cojo un par de las afirmaciones anteriores y hago la sustitución de palabras:

  • En lugar de «nos enfrentamos a un nuevo paradigma» lo puedo expresar como «estamos ante un nuevo paradigma que nos reta a un sinfín de posibilidades».
  • También suena mucho más constructivo decir «entender de donde provienen nuestros miedos para poder gestionarlos» que «desterrar nuestros miedos».

Te animo a que observes con curiosidad cómo te expresas y que tipo de palabras utilizas, especialmente en situaciones que puedan ser retadoras para ti. Si es el caso, intenta ir modulando tu léxico acorde con tus valores y principios. Deja transcurrir unas semanas para afianzar el cambio y observa si se ha producido alguna diferencia en ti.

¡Experimenta la magia de las palabras!

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