A lo largo de la historia se han producido una serie de revoluciones cuya consecuencia ha sido la aparición de un nuevo orden generando de este modo un salto evolutivo.
Las revoluciones son una forma concreta de movimiento social que pretende destruir los aspectos centrales del orden vigente y construir uno nuevo.
Estas acciones sociales se caracterizan por dos aspectos fundamentales:
- El sistema dominante entra en crisis pues los sectores que ejercen ese dominio tienen dificultades para seguir manteniendo su poder mientras los dominados se niegan a seguir siéndolo.
- Se trata de un sentimiento compartido por buena parte de la población que abrazan un nuevo ideal. Surge en diversos puntos llegándose a coordinar de un modo informal al principio y estructurado cuando el proceso está en una fase avanzada.

El resultado de una revolución es la sustitución del orden vigente por el comienzo de la construcción de uno nuevo.
A lo largo de la historia se observan múltiples ejemplos del concepto revolución. Claramente lo fue el movimiento sufragista femenino abriendo el camino a la participación activa de la mujer en la vida política y empresarial.
Si observamos con detenimiento lo que acontece a nuestro alrededor nos damos cuenta de que se está generando un cambio de valores, un orden distinto de prioridades en una parte significativa de la población en países industrializados.
De este modo, aspectos como el respeto al medio ambiente, la priorización de la disposición de tiempo libre, el desapego al consumismo feroz empiezan a tomar fuerza y a dibujarse como una forma alternativa de entender la vida.
Muchos ciudadanos y ciudadanas, por ende consumidores y trabajadores, no están dispuestos a renunciar a sus creencias mostrando repulsa hacia puestos de trabajo o bien al consumo de determinados productos o servicios que correspondan a organizaciones no alineadas con los valores que sostienen.
Estamos pues, frente a una nueva revolución, la revolución de la consciencia.
Una de sus consecuencias es que cada vez más se produce una desconexión entre las personas (sean empleados o clientes) y las organizaciones que todavía están ancladas en el viejo paradigma del capitalismo feroz.
Cada vez más un número mayor de empleados necesitan que sus valores estén alineados con los de la empresa donde trabajan como requisito indispensable para comprometerse y generar valor. Al mismo tiempo, los consumidores incrementan su predilección por productos y servicios de empresas cuya misión y valores publicitados sean auténticos y congruentes con su forma de actuar.
Consecuentemente, si la empresa quiere permanecer no tiene más remedio que iniciar el camino hacia la congruencia.
Compartiendo el sentir de esta nueva revolución, nace la propuesta Blue, Transforming Power.
El azul, es uno de los colores de mayor aceptación. Rara es la persona a la que nada le guste este color. Para muchas culturas el azul está vinculado con lo divino (pues azul es el cielo, morada de los dioses). Así mismo se identifica con lo infinito siendo como percibimos el océano o el firmamento. Es también el color de los sueños o utopías (como lo es el príncipe azul) y también el adjetivo que le damos a nuestro hogar pues todos nosotros vivimos en el planeta azul.
Blue es también el acrónimo de Balance, Leadership, Uniqueness y Empowerment o lo que es lo mismo de equilibrio, liderazgo, único o precioso y empoderamiento.
Una Persona Blue es una persona energéticamente balanceada, que lidera su vida y se sabe única a la vez que se siente empoderada para llevar a cabo aquello que se proponga y dar forma a sus sueños.
Y una Organización, ¿puede ser Blue? Por supuesto. Las empresas están formadas por personas y, al igual que los empleados y líderes que la componen, tienen su propia energía.
Una empresa Blue es aquella que está balanceada (tanto en términos de género, como de talento, de generación de valor, financieramente, etc.). Es percibida como líder en su nicho de mercado pues ofrece un valor añadido único que empodera a todos y cada una de las personas que conforman sus relaciones esenciales (trabajadores, proveedores, clientes, inversores,…).
Blue, Transforming Power, es una propuesta que nace tras comprender lo que conlleva la revolución de la consciencia en la que estamos inmersos. Ofrece una guía para las empresas que entienden la necesidad de un cambio hacia un nuevo paradigma donde el objetivo sea crear valor para todas y cada una de sus relaciones esenciales pasando a ser la generación de ingresos tan solo una de sus consecuencias.