
Hace pocos días descubrí a Julieta Suárez Valente, una autora apasionada por los lenguajes simbólicos.
Amén de otros conceptos, Julieta plantea que los cuatro elementos presentes en la naturaleza tienen una relación intrínseca con la forma de liderar. Que estemos conectad@s con el aire, el fuego, la tierra o el agua y tomar conciencia de ese vínculo, nos potencia y abre la puerta a un talento innato que nos habita.
Propone la autora que ejerzamos la conexión con cada uno de los elementos de forma consciente y según precisemos, pues nos puede aportar matices a nuestro estilo de liderazgo de una riqueza singular.
Te doy algunas pinceladas de cómo sería el estilo de liderazgo según el influjo de cada uno de los cuatro elementos:
El LIDERAZGO asociado al FUEGO está relacionado con nuestra esencia masculina y enfocado en el hacer. Es una energía optimista y pasional que necesita mostrarse a través de la acción. Toda luz tiene su sombra que, en el caso de este liderazgo, se traduce en ansiedad, impaciencia y esa rabia que se muestra cuando las cosas no suceden «a nuestra manera».
El LIDERAZGO asociado a la TIERRA está conectado con nuestra esencia femenina y con todo aquello que podamos percibir a través de nuestros sentidos. Son líderes sostenedor@s, contenedor@s, presentes. En este caso, su sombra es la tendencia a la inflexibilidad y la resistencia a los cambios.
El LIDERAZGO asociado al AIRE nuevamente se correlaciona con nuestra vertiente masculina. Es un liderazgo vinculado al pensar, analizar y razonar. Un liderazgo que habita el mundo de las ideas, pero con un puente bien desarrollado hacia el dominio del verbo como forma de expresar ese trajín mental. El elemento aire tiene su sombra en no poder «desenchufarse» y en entrar en las arenas movedizas de las presuposiciones.
En el LIDERAZGO asociado al AGUA de nuevo encontramos conexión con la energía femenina. Es nuestra esencia emocional, receptiva, sintiente. Atesora la brújula de la intuición, de las corazonadas. Sin duda, su sombra tiene que ver con el desborde emocional.
Tras la descripción, traigo a colación un concepto que trabaja la programación neurolingüística y que nos puede ser de utilidad para compaginar, de forma magistral, los 4 estilos de liderazgo.
Se trata del «anclaje», una técnica que nos permite que emerja algo que habita en nuestro inconsciente. ¿Te ha pasado alguna vez que oyes una música o bien hueles un aroma y, automáticamente, tu mente te trae un recuerdo determinado? Pues eso es un anclaje.
Los anclajes pueden ser conscientes o bien inconscientes. Es decir, que yo mism@ puedo crear mis propios anclajes.
Siendo así, con lo que nos relata la autora tenemos la mitad del camino recorrido.
Imagínate que estamos con un proyecto dándole vueltas y que ya toca aterrizar. ¡Qué bien me vendría algo de fuego en este momento!
¿Qué pasaría si evocara el fuego, si pusiera mi atención y foco en ese elemento? Quizás pueda ayudarme encender una pequeña hoguera (¡atención dónde!) o simplemente prender una vela. Quizás se produce la magia y me ayuda a conectar con esa determinación característica del elemento fuego y que ya vive en mí.
Tengo que decirte que lo estoy probando estos días y que me están sorprendiendo los resultados… ¡funciona!
¿Te animas a experimentar?